En el último minuto del partido a Lionel Messi casi le da un infarto cuando el delantero canguro, Garang Kuol, se encontró con el balón solo frente al arco del “Dibu” Martínez, y a escasos siete metros remató para marcar la paridad en el marcador, y lo que signficaba el alargue de 30 minutos del partido.
Mientras los fanas che se tiraban el pelo cuando el moreno, como en cámara lenta, se giraba y disparaba en contra de la portería albiceleste, el portero che saltó como araña para contener el tiro y dejaba con los crespos hechos a los australianos que, con más corazón que técnica, le hicieron collera a los trasandinos.
Messi abrió el camino
Lo cierto es que los verdi-amarillos de la isla-continente no tenían por dónde llegarle a los de la “Scaloneta”, porque su juego era más fuerza que técnica, a diferencia de los argentinos, acostumbrados al buen trato del balón y que, de haber mediado un “alargue”, de seguro el Leo se habría matriculado con otro golcito.
De hecho fue el mismísimo Messi que, cumpliendo su partido 1000 en su carrera profesional, en el minuto 35 abrió la cuenta para el cuadro de Scaloni, tras un tiro libre que combinó con sus compipas, corrió hacia el centro del área, pá, pá, pá, de mi para ti, de ti para mi, y un chimbazo que dejó loco al portero canguro, Mathew Ryan, sin opciones de agarrar la pelotita.1-0.
La segunda pepa
El segundo gol fue obra de Julián Alvarez, quien se avivó y le arrebató el balón a Ryan cuando quiso salir jugando, y sentenció la segunda cifra, a los 57′. De ahí en más los australianos parece que le habían puesto ají en el… y con más fuerza que técnica se dedicaron a enviar balonazos al área de Martínez.
Fue una una de estos envíos en que vino un rebote y, a sólo 13 minutos para final, Goodwin agarra la pelota y se manda un potente disparo que se desvía en Enzo Fernández, y deja a Martínez parado y con la angustia de un posible empate.
Casi, casi, casi…
Pero faltaba el remate… Los nervios se apoderaron de los trasandinos, tanto dentro de la cancha como en las graderías, que miraban cómo los peloteros che no acertaban con el arco de Ryan no una, sino que al menos tres veces, y que los australianos se acercaban peligrosamente.
Tal fue la tontera, que en el minuto 97 Kuol se quedó solo dentro del área, giró, disparó, pero se encontró con el arquero Martínez que contuvo el que significaba el tanto que decretaba el alargue y la incertidumbre.
Tras el pitazo, los defensores argentinos se abalanzaron sobre el arquero, porque entendían que lo realizado unos segundos antes significaba casi, casi el alargue y el tirardero de mechas.
Contra la “Naranja” de Van Gaal
Ahora, Argentina deberá enfrentar a Países Bajos, viernes 9, para dirimir su paso a Cuartos de Final. La Naranja de Van Gaal había dejado en el camino más temprano a Estados Unidos, y con estos resultado se espera un partido de gran calidad donde se impondrá el que cometa menos errores.