La columna electoral de Don Floro
Gana Kast y pierde Parisi. Los republicanos arrasan en la elección constituyente y el Partido de la Gente se derrumba. La izquierda se salvó del desastre, pero igual la pega constituyente queda en manos del derechismo.
Con los escrutinios en pleno desarrollo, o sea sin tener todas las mesas revisadas, el gran ganador de la elección constituyente es José Antonio Kast. El Partido Republicano, ese que comparte la insignia con el Capitán América, se ubica no solo como la primera coalición de la derecha, sino como la principal fuerza política del país. El kuchen será más dulce mañana al desayuno.
Al otro lado, sollozando sobre un plato de ñoquis, se ve a Franco Parisi, cuyo Partido de la Gente está quedando en el último lugar de las cinco listas y, lo que es más preocupante para sus huestes, bastante escasas, es que baja su votación al mínimo. O sea, no sacan ni un consejero.
El gran afectado por el avance republicano es Chile Seguro, la derecha tradicional, que está lejos de sus resultados habituales. Este grupo, que era el más votado hasta hace poco y ahora quedó tercero, parece sufrir porque son sus electores los que se fueron mayoritariamente a la derecha extrema.
La izquierda dura, el Frente Amplio, los socialistas y el Partido Comunista, tuvo una buena votación y se instala como la segunda fuerza política del país. Pese a que le pronosticaban un desastre, los adherentes del gobierno logran salvar los muebles del incendio, algo chamuscados, pero todavía en uso.
La centroizquierda logró superar al Partido de la Gente y se instala como la cuarta fuerza. Claro que también no sacan ni uno. De Piergentili, presidenta del PPD que iba como candidata, mejor ni pregunten. Con las “caras nuevas” de la DC, Zaldívar, Frei y Ravinet (claro que ahora reciclado como evópoli) no pasó nada.
En la Región Metropolitana -que no es que seamos centralistas, sino que se trata de la circunscripción más grande del país- salen dos candidatos republicanos, dos de la izquierda (un Frente Amplio y una comunista) y uno de la derecha tradicional (Evópoli). El republicano Luis Silva es la primera mayoría nacional.
También se vio gran cantidad de votos nulos, que si fueran lista saldrían cuartos (sí, los nulos le ganan al PDG). Lo que pueden ser por decisión política (hubo llamados a anular), falta de candidatos que interesen o, simplemente, porque el votante se equivocó. El sufragio racista, el voto blanco, fue menor.
En resumen, la derecha dura lograría cerca del 35 por ciento de los votos. En segundo lugar, queda la izquierda, tirando para 28 por ciento. Tercero se ubicaría la derecha tradicional, con 21 por ciento. En la cuarta posición llega la centroizquierda con 9 por ciento. Quinto, colista, chupete, guata, el Partido de la Gente, con 5 por ciento.
Respecto de la gran pregunta, si la derecha lograba una mayoría aplastante, lo que le permitiría aprobar lo que se les ocurra, sin necesidad de conseguir votos de otros grupos, la situación parece cocinada. En ese sentido, la derecha en conjunto se quedaría con 44 constituyentes, de los cuales 23 son republicanos, y la izquierda lograría como 16. Más del doble. Chiquillos, todo indica que la próxima constitución será de derecha. Ya sé que mi opinión no le importa a nadie, pero la voy a dar igual: esto es como la primera constituyente, donde la izquierda dominaba claramente, pero al revés
