Con un categórico 3-4, Fortaleza le puso los pies en la tierra a Colo Colo y le impide pasar a la siguiente fase de la Copa Libertadores de América, en un partido donde los albos demoraron mucho en marcar, y nunca pudieron resolver el puzzle que le puso el DT carioca, Juan Pablo Vojvoda, quien hizo la pega y clasificó a su equipo con un fútbol simple, pero efectivo.
Colo Colo imperiosamente necesitaba ganar este partido para seguir avanzando en el torneo internacional, y el triunfo no se veía lejano, toda vez que en el partido de ida, en Brasil, los albos vencieron a domicilio a Fortaleza.
El pecado de Colo Colo
Sin embargo, en su propia casa, los de Macul no pudieron lograr ese objetivo, y quedaron al margen del torneo continental, tras una campaña que, en su inicio, pintaba bien para el cuadro albo que, con su juego, presagiaba que sería un transitar tranquilo en el Grupo F.
A la postre, el pecado del equipo dirigido por Gustavo Quinteros es la falta de finiquito, y la prueba más contundente fue su partido en Lima, frente a Alianza Lima, el cuadro más débil del grupo, con el que sólo empató a un gol, y que no reflejó la cantidad de ocasiones que se generó el equipo albo y que no supo definir, y que le daría el único punto al cuadro peruano.
El juego simple
El partido final de la fase de Grupos no pintaba tan mal para el Popular, porque la teoría indicaba que en casa, luego de la victoria en Brasil, si bien no sería tirar y abrazarse, era abordable. Pero el técnico de los cariocas, Juan Pablo Vojvoda, no se complicó, y planeó un juego simple: recuperar la pelota, y pasarla lo antes posible a los rápidos delanteros.
Y la estrategia dio resultados. En los cuatro goles de Fortaleza se dio la misma tónica. Recuperaron la pelota rápido, levantaron la cabeza, y ahí, incluso antes de que terminaran de recuperar el balón, el delantero estaba corriendo en demanda del arco de Cortés, mientras los centrales albos quedaban mal posicionados.
Dicho sea de paso, Brayan Cortés nada pudo hacer en ninguno de los goles brasileños, porque siempre los delanteros llegaron con ventaja, con su marcador atrás y con el arquero achicando lo más posible. Los de Fortaleza no llegaron más de seis ocasiones, y cuatro las convirtieron en gol.
Se luchó
Colo Colo, hay que decirlo, no se entregó nunca. Así fue como al final del primer período, vino el primer y trabajado descuento, marcado por Leonardo Gil, que les dio el envión suficiente para ir a la lucha en la segunda fracción. Sin embargo, en los primeros 30 minutos del segundo tiempo, los brasileños marcaron sus goles, y Colo Colo llegó a estar 1-4 abajo.
El tesón de los jugadores albos permitió que, tras dos corners, y dos autogoles, los de Macul siguieran bregando hasta el minuto 95, porque llegaron a estar a dos goles de realizar la hazaña. Pero el inexorable reloj marcaba los minutos como si fueran de 30 segundos, y en el empeño de conseguir el empate y el gol de diferencia, se les agotó.
Un partido ingrato, pero que desnudó, una vez más, la falta de finiquito y la fragilidad de la defensa, que en este partido no lució como en otras ocasiones, aunque en su defensa hay que decir que fue porque Gustavo Quinteros decidió adelantar todas las líneas, lo que facilitó, además, la tarea de los de Fortaleza.
Lo que viene
Ahora a Colo Colo sólo le queda meterse en la Copa Sudamericana torneo donde también está Universidad Católica, que en la víspera también se despidió de la Copa Libertadores, con la derrota sufrida ante Talleres de Córdoba, por 0 a 1.
Para Gustavo Quinteros queda la tarea de levantar un equipo verdaderamente competitivo, ahora que se abre el mercado de traspasos, pero que, a la vista de lo mencionado sobre la llegada de Martín Rodríguez, es muy complicado traer grandes figuras para conformar un plantel que esté a la altura de los que juegan en el torneo continental, del que se despidieron ante Fortaleza.
