En medio de las legítimas manifestaciones escolares en contra de la Ley Naín – Retamal, se inició un siniestro en dependencias del Liceo de Aplicación, que requirió 17 máquinas de bomberos para poder ser controlado.
Recibido con vítores
A las 15:00 horas del miércoles se inició un incendio en dependencias del Liceo de Aplicación ubicado en calle Ricardo Cumming en la comuna de Santiago Centro.
Por primera vez el “guanaco” fue recibido con vítores por el alumnado cuando intentó apagar el siniestro, pero todo fue en vano.
El fuego avanzó tan rápido por el techo del ala norponiente del emblemático liceo, que tuvieron que llegar los “chicos buenos” para controlar el incendio.
Esta cosa sí que prendió
Las personas que se encontraban en los alrededores del establecimiento reportaron por redes sociales que había gran cantidad de humo en el lugar.
Y no era para menos. De acuerdo a lo que indicaron los bomberos, esta cosa sí que prendió. Los pobres estuvieron sudando la gota gorda cerca de 2 horas y con 17 carros para controlar la media escoba.
Desde el Liceo señalaron que el incendio causó algunas pérdidas patrimoniales en al menos dos oficinas del segundo piso del establecimiento.
Entre tanta desgracia, lo único buenos de todo es que no hubo personas lesionadas durante el incidente.
Pura casualidad
De las causas que ocasionaron esta tremenda tragedia, nada se sabe. Lo que sí sabemos es que por esos azares del destino, las clases de hoy estaban suspendidas.
Como si los astros se hubiesen alineado, justo hoy a las 10:00 horas el centro de estudiantes inició una “toma simbólica y acotada” que finaliza mañana a las 06:00 de la mañana.
Según se lee en el comunicado oficial del alumnado, uno de los motivos de la toma es “expresar nuestra preocupación hacia la promulgación de la nueva ley Nain-Retamal, más conocida como “ley gatillo fácil”.
Da la casualidad, que justo antes de que se iniciara el incendio, se registraron disturbios en los alrededores del emblemático liceo, que nada tendrían que ver con las cusas del siniestro.
Todas estas coincidencias quedarán aclaradas a través de la investigación que busca determinar si es que, de pura casualidad, habían líquidos acelerantes en el Liceo de Aplicación.
